La comunicación y los límites

¿Recordáis cuando erais niños?
Ocurre todo muy rápido, algunos tenemos que crecer más deprisa y otros más despacio, dependiendo de las circunstancias pero tarde o temprano todos tenemos que hacerlo.
Tenemos que enfrentarnos a esa revolución de hormonas que no conocíamos y provocan en nosotros esos cambios de humor que a veces ya tenemos pero se muestran a lo grande y otras ni sí quiera sabemos porque están ahí.
Teníamos que decidir si queríamos estudiar o no, y si era que sí, que íbamos a estudiar, pero para eso teníamos algo más de tiempo y era más fácil rectificar si nos equivocábamos en la decisión. Hoy en día no es tan fácil, tienen que decidir mucho antes que van a estudiar para saber porque rama tirar, hay establecidos unos caminos que si los coges después es muy difícil cambiar.
Tienes que decidir esto a la vez que vas aprendiendo a controlar tus hormonas poco a poco, a la vez que quieren ser adultos pero esto conlleva ciertas responsabilidades, a la vez que se están conociendo a sí mismos como personas.
No digo que ahora sea mas difícil o fácil, simplemente es diferente y dependiendo de cada familia también lo es.
Pero es muy importante no olvidarse de todo esto, a la vez que también lo es establecer ciertos límites.
Es muy importante hablar sobre las emociones para que aprendan a expresarse, a pedir ayuda si la necesitan sin miedo a represalias, pero también lo es que sepan que tiene que haber represalias.
Sé que es difícil ser padre, pero lo que quiero expresar es que lo es aún más si no recuerdas estas cosas a la hora de actuar y no nos podemos en su lugar.
El reforzamiento positivo es muy importante aun cuando pensemos que no lo necesitan, siempre lo necesitan o ¿no lo necesitas tú el día a día?
Nos hemos acostumbrado a vivir sin él, pero en mi opinión creo que es algo que no sobra en el día a día, o no debería de sobrar para todos.
Al igual que es importante saber dónde están los límites, desarrollar su empatía y gestionar sus emociones a través de la comunicación. Educar a un hijo debería de ser desarrollar valores, no imponer normas para cumplirlas y ya está, los valores se forman enseñando el porqué de esas normas, el porqué de esos límites, sino los enseñamos simplemente se consiguen robots, robots que hacen lo que queremos pero el día de mañana si esas normas cambian o la manera de afrontar el mundo cambia, no sabrán cómo actuar y no podrán ser felices.
¿No crees que en el trabajo si te explican el porqué de tu trabajo y te refuerzan positivamente cuando haces las cosas bien, rendirías mucho mejor? ¿No crees que cuando tienes un trabajo que te gusta en el que recibes motivación intrínseca eres más feliz el día a día? pues es exactamente lo mismo que lo que necesitan ellos el día a día, descubrir cómo son para formar sus valores propios a raíz de los tuyos, de los que tú les muestras, si les enseñas a mostrar sus emociones a través de la comunicación confiaran en ti y eso será la base para formar sus valores.
Sé que esto es difícil ya que a nadie le han enseñado a trabajar la comunicación en ningún momento, pero antes era diferente, había más tiempo para comunicarse, más tiempo para crecer... ahora nos olvidamos sin darnos cuenta de esa comunicación por falta de tiempo, incluso a veces nos olvidamos de disfrutar de las cosas inmersos en un mundo donde nada nos gusta sin observar que los conflictos también pueden ser constructivos si nosotros queremos y nos esforzamos por ello, si trabajamos la comunicación todas las partes pueden salir ganando, no tiene por qué ganar solo uno como solemos ver el día a día, todos podemos ganar para ser felices.
La mayoría de Trastornos de Conducta que recibo hoy en día suelen ser por una gestión incorrecta o incompleta de la comunicación y con ella arrastra a la escasa gestión de las emociones, o por falta de reforzamiento positivo y de límites, ya que ambos son importantísimos para formar estos valores.
Los Trastornos de Conducta en niños y Adolescentes suelen estar presentes el día a día pero van apareciendo tan poco a poco que no nos damos cuenta hasta que son demasiado graves.
Existen en el día a día los berrinches, las contestaciones... pero estos tienen su edad y duración, en el momento que no surgen en su edad adecuada y duran más de lo normal cambiando el día a día de las familias y provocando malestar, habría que acudir a un profesional.
Pero nunca está de más intentar prevenirlos acudiendo a talleres de prevención donde pueden ayudar a guiar un proceso intentando hacerlo más fácil, ya que la crianza de un hijo es lo más complicado que hay.
También existen grupos que se forman donde se pueden comentar diferentes casos y sentirse apoyados y comprendidos por otros padres.
Quiero terminar contando que algunas veces se guardan conflictos internos sin resolver y eso puede dar lugar a Trastornos de Conducta, ya que se quedan dentro de nosotros y van creciendo hasta que llega un día en el que explotan llevándose todo por delante y pudiendo destruir familias.
No permitáis que eso ocurra en las familias porque de verdad que con un poco de práctica se puede aprender a trabajar los conflictos como constructivos y no como destructivos.