Juicios

¿En cuántas ocasiones te has perdido conectar con alguien por apariencias o por aquello que escuchaste de esa persona?
Yo, en muchas.
Es por ello que hoy, habiendo tomado conciencia de esta actitud que habitaba en mí, me gustaría que reflexionáramos sobre ello.
Desde pequeñitos, ya en el ambiente familiar, nos enseñan a juzgar sin conocer. "Esa niña o niño con el que vas no me gusta" "no te juntes con aquel" "mira aquel como habla" y todo esto se va incorporando en nuestro procesamiento mental, de tal forma que según vamos creciendo, cada vez, juzgamos más. Juzgamos por como viste, por cómo habla, por cómo es su ambiente, incluso nos permitimos juzgar sus propias experiencias y osamos a formar su historia, así, un largo etc.
¿Realmente nos hemos permitido la oportunidad de conocer a esa persona más allá de lo que pueda parecernos o aparentar en el contexto social?
¿En cuántas ocasiones te has sorprendido? No pienses si en positivo o negativo, sólo en las veces que te has sorprendido.
Y si en ese camino, por nuestras expectativas, nos hemos decepcionado o desilusionado, esta actitud la ponemos a disposición a la primera presentación. Sin embargo, nos sigue pasando lo mismo, nos llevamos sorpresas.
Ahora bien, llegados a este punto, te propongo algo.
Ábrete a conocer a alguien, sin juicios, sin expectativas, simplemente abriéndote a la experiencia. Observa cómo te sientes ante ese cambio, qué sensaciones genera en ti y si despertó alguna emoción sobre ti misma.
¿Me compartirás como ha sido la experiencia? Quizá en esta ocasión no haya sorpresa sino descubrimiento de una parte de ti.