El duelo
Los animales cuando pasan a formar parte de nuestra familia, se incorporan al clan familiar. Su pérdida puede suponer un gran dolor y por ello es importante tener en cuenta que el proceso de duelo.
Kübler-Ross nos ofrece una interesante perspectiva para analizar las reacciones emocionales y cognitivas que acompañan el camino del duelo.
Kübler-Ross describe cinco etapas principales: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.
– La negación es un mecanismo de protección inicial que amortigua el impacto de la pérdida.
- La ira expresa un sentimiento de injusticia y rebelión ante la ausencia. La negociación es un intento de retomar el control a través de escenarios alternativos.
- La depresión corresponde a un momento de profunda tristeza donde se integra la realidad de la pérdida.
- La aceptación es la etapa final en la que la persona aprende a vivir con la falta.
Estas etapas no son lineales, fijas o sistemáticas. Cada persona vive su duelo de una forma única con posibles variaciones. Lo importante es respetar el ritmo de cada uno. Este modelo permite normalizar las reacciones de duelo proporcionando referencias de comprensión.
"Las etapas del duelo no son un manual de instrucciones, sino una guía para adueñarse de la ausencia". Marie de Hennezel
Manifestaciones
– El duelo tras la pérdida de una mascota se manifiesta en reacciones físicas, emocionales, cognitivas y de comportamiento dolorosas pero normales y necesarias.
– Físicamente, las personas en duelo pueden sentir fatiga, problemas de sueño, pérdida de apetito y dolores diversos. Es importante prestar atención a nuestras necesidades básicas.
– Emocionalmente, la tristeza, la ira, la culpa y la desesperación son emociones comunes que deben ser acogidas en lugar de combatidas.
– Cognitivamente, pueden surgir dificultades de concentración, pensamientos intrusivos e incluso alucinaciones transitorias. Desaparecen con el tiempo.
– Los comportamientos pueden verse alterados: retraimiento social, agitación, conductas de riesgo o estado de shock. Tienen una función adaptativa para metabolizar la pérdida.
– Todas estas manifestaciones permiten adaptarse gradualmente a la ausencia del animal. Deben ser acogidas con benevolencia y sin juicio.
– Expresar nuestros sentimientos y ser escuchados es fundamental para superar el duelo. Llorar es una fuerza que da testimonio de nuestro apego, no una debilidad.